Para estos percheros, hemos aprovechado las ramas podadas de los pinos, entreteniéndonos en escoger la mejor rama.
Después de este cuidadoso trabajo, le quitamos la corteza y la hemos dejado al sol durante varios días para su secado pleno. Luego hemos pasado al proceso de lijado, qué es dónde empeñamos más tiempo para poder conseguir ese tacto suave y limpio que se aprecia en las fotografías.
Una vez lijado al completo, la rama pasa a ser de un color madera oscura (de la corteza) a un color madera claro, como a nuevo. Es precioso ese proceso.
En este caso lo hemos pintado y pirograbado para darle un matiz de alegría a esta preciosa exclusividad rústica. Finalmente, la barnizamos.
Para ver una rama-perchero similar a éste, pincha aquí.
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